Estás malita,
me hablas dejado
solito y estrellado,
entre tantas estrellas,
pero ahora soy feliz,
por qué estás de nuevo aquí,
y esta vez no te dejare partir
ni en verano ni en invierno
ni tampoco en otoño
ni en la primavera.
La sequía estuvo fuerte,
y ahora estás aquí,
nunca más dejaré que te vayas.
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