Salí de aquí y llegue allá,
partí de aquí y termine allá,
camine por aquí y camine por allá,
corrí por aquí y corrí por allá,
viví aquí y viví allá,
soñé por aquí y soñé por allá,
me fui de aquí y me fui de allá,
y después de tanto andar,
al final termine,
en el mismo camino,
donde comencé.
Rosa del campo,
rosa del valle,
bañada por el húmedo rocío de la madrugada,
acariciada por el suave y frío viento de la mañana,
acobijada por la cálida luz del sol del mediodía,
dulce, tierna y cariñosa,
colorida, vistosa y hermosa,
un colirio para los ojos,
y un encanto para los sentidos,
y esa,
eres tu.
Despertar al amanecer,
dormir al anochecer,
vivir el día,
el sol que te da calor,
el cielo que te cubre,
la brisa que te acaricia,
la tierra que esta a tus pies,
como a una flor silvestre,
te mando mil besos,
y cien abrazos,
para ti...
Una velita mas,
una velita de paz, amor y felicidad,
una velita de alegrías y sonrisas,
una velita de progreso y crecimiento,
una velita de conocimiento y experiencia,
que se cumplan tus deseos, sueños y anhelos,
y que este día sea para ti,
muy feliz.
Yo viejo, y tu tan joven,
yo feo, y tu tan hermosa,
yo desabrido, y tu tan deliciosa,
yo flaco, y tu tan buenota,
lamento no haberte conocido antes,
cuando era joven y mas buen mozo,
para que me hubieras amado,
y hecho muy feliz.
Rico, bello y hermoso,
delicioso como un chocolate,
dulce como un caramelo,
espumoso como una cerveza,
embriagante como el vino,
clásico como el whisky,
delicado como la champaña,
un divino bombón,
para saborear y no desperdiciar.
Con chocolate por fuera y
fresa por dentro.
Capricornio,
para ti solo soy como un amigo,
pero para mi,
tu eres mi amiga,
estés aquí,
estés allá,
seras una amiga,
que siempre recordare y nunca olvidare.
Soñar no cuesta nada,
dicen,
pero esta historia no la soñé,
yo la viví,
gracias a ti.
Tu eres la propia capricornio,
yo el propio virgo.