Un chaparron, un palo de agua,
lluvia y lluvia, con ríos de agua,
lagunas, lagunillas, muchas pozas,
y charcos por doquier. No había
pasado mucho tiempo, desde que
comenzó a llover, dos horas tal vez.
Pero llego a casa, a casa; la casa
que me vió crecer, y casi nacer, y
Chuas, cataplus, deja de llover, y
es que dónde manda capitán, todo
camina y funciona bien, al pelo.
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