Bueno otro descuido en casa, acabado
de duchar, en otra madrugada fría y
húmeda, y sin secar, destilando todavía
el agua de arriba abajo, y me dispongo
a planchar. Ya había enchufado la
plancha, en la toma corriente, y sin
novedad, tomando pocas precauciones,
pero cuando voy a planchar la camisa,
tocó con la mano el cable de electricidad
que llega a la plancha como siempre, y
me muerde no el cable si no la corriente.
El cable por el roce y los años ya había
perdido parte de su cubierta termo
plástica aislante, y me toco la corriente
eléctrica, la electricidad. No estaba
descalzo pero si mojado de los pies a
la cabeza, para un secado al seco frio
con el ambiente interior. Al percibir el
choque, a pesar de todo, sostuve la
plancha el tiempo necesario para darle
un aterrizaje suave en una cesta plástica,
y no un trancazo fuerte
y duro en el piso.
Un golpe fuerte habría dañado la plancha
ciertamente; y como haría J.R., me sacudí
la corriente con mucha rabia y con fuerza.
Siempre hay que ser muy cuidadoso con
la electricidad, es muy útil y necesaria,
pero también peligrosa.
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