cadillos, espinas, yerba malas,
ramas y palos verdes y secos,
tapizan el suelo, y cubren los
espacios y cada camino, como
selva impenetrable, que ahoga
y dificulta cualquier actividad.
Sólo machete y hacha, azadón
y tijera, calor, y mucho sudor,
y también mucha fuerza bruta,
hace falta para despejar la
parcela y limpiar el terreno.
muy despierto. ¿Y ahora que?
Sembrar la tierra, con yuca
dulce, maíz, tomates y ajíes,
margariteños, los mejores del
mundo, o tal vez berenjenas,
o quizás mejor, la casa de mis
sueños. Bueno, cualquier obra
que haga, estará muy bien.
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