Una nube amarillenta,
entre tantas nubes negras,
tocada por fortuna por el sol,
pero rodeada de nubarrones,
nubes grises, nubes blancas,
nubes rojizas, y nubes rosadas;
en un vespertino cielo arcoiris,
seco y cálido, del verano tropical.
Que suerte, pero que lastima,
que todo solo sea pasajero,
como la vida, igual que el tiempo.
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