Mi casa larga
desde el zaguán hasta el patio.
Las horas bostezan de tedio
porque el tiempo en ella
alcanza y hasta sobra.
Mi casa larga
donde se detiene la brisa
para llenarse de aromas
de Trinidad o Cumaná.
Veo llegar a las hermanas de mi abuela.
Sus cálidas maletas olorosas
a perfumes, a jabón de lechuga,
telas inglesas, bombones finos.
Escucho cómo hablan y ríen.
En el comedor de la casa
abren cajas con casabe,
bocadillos de guayaba y tamarindo.
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