Oración del papa Juan Pablo II
Madre en el cielo, tú eres esplendor que no
ensombrece la luz de Cristo, porque vives en él y para él.
Tú eres la inmaculada,
eres transparencia y plenitud de la gracia.
Aquí estamos, pues, tus hijos, para buscar
amparo bajo tu materna protección e implorar
confiados tu intercesión ante los desafíos ocultos del futuro.
Te encomendamos a todos los hombres,
comenzando por los más débiles: A los niños que aún no han visto la luz
y a los que han nacido en medio de la pobreza y el sufrimiento;
a los adolescentes rebeldes;
a los jóvenes en busca de sentido,
a las personas adultas que no tienen empleo
y a las que padecen hambre, olvido, violencia y enfermedad.
Te encomendamos a las familias rotas,
a los ancianos, venerables y patriarcas que carecen de asistencia
y a cuantos están solos y sin esperanza.
Abre nuestros corazones a la justicia y al amor,
y guíanos hacia una comprensión
recíproca y hacia un firme deseo de paz. Amén.