Caso difícil pero emblemático,
y muy personal, para mi.
Yo ya no sabía que hacer,
andaba loco, pero tiré una
buena flecha, una de las
pocas que tenía a la mano,
y en grandes cantidades,
pero sobre todo baratísima,
de por aquí mismito, ya
fuera de Pampatar, Coche
o Araya, y chasss, me quite
esa mala enfermedad de un
flechazo. Ahora soy feliz, ya
no sufro, y vivo tranquilo.
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