Ante estos conflictos y situaciones la solución,
“no es “vencer el odio con más odio,
vencer la violencia con más violencia,
vencer el terror con más terror”,
sino que la “respuesta a este mundo en guerra
tiene un nombre: se llama fraternidad,
se llama hermandad, se llama comunión”.
La llamó “la sofá-felicidad”, “que hace que poco a poco,
sin darnos cuenta, nos vayamos quedando dormidos,
nos vayamos quedando embobados y atontados
mientras otros -quizás los más vivos, pero no los
más buenos - deciden el futuro por nosotros”.
mientras otros -quizás los más vivos, pero no los
más buenos - deciden el futuro por nosotros”.
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