OH, Jesús Nazareno, Brazo
Poderoso y protector mío,
no me abandones en tan
apurado trance.
Padre mío protege y ampara
a esta alma abatida y desesperada
no desoigas Jesús mío, las
súplicas de este corazón triste
y afligido y lleno de amor
hacia Ti, que eres mi único
Padre protector
Mis súplicas llenas de amor
no pueden menos que llegar
a ti que eres el brazo
fuerte que todo lo puede.
Jesús de mi alma, espejo
de luz, ven a mí con tu corona
de espinas, con tu costado,
abierto, con tu soga a la cintura.
Oh Jesús mío, que mis ojos
vean y tus oídos escuchen
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