Cuando mueren
por un instante
las palabras,
que tanta muerte dan siempre a la vida,
cuando descubrimos el actor que somos,
y lo exponemos,
despojado de sus trajes crepusculares,
cuando nos despierta el sueño de soñar
o arrancados del sueño,
despertamos atónitos
como extraño celeste caído,
cuando se quiebran los espejos,
al soplo de una necesidad desconocida....
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