Años de espera
por un pedazo de tierra
que desde que tenemos uso
de razón,
su cara aparece en los mapas,
tras rejas,
sin dueño,
sin casa,
sin nación .
Oiga señor, busque,
su identificación,
para que se acuerde,
de su condición. (bis)
El esequibo es mío, es tuyo, es tierra
venezolana .
El esequibo es mío, es tuyo, es nuestro.
Mientras la tierra duerme
en espera de cual será su destino,
no deja de reflejar tristeza,
por un golfo malherido,
parientes, lejanos,
hermanos,
unidos por un solo grito,
de un pueblo enardecido.
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