es como regalo del cielo,
un jugo de parchita
para los pensamientos,
y un jugo de catuche
para el corazòn.
Y es que en la Isla de
Margarita, Octubre es
uno de los meses más
caluroso, pero también
uno de los meses mas
secos, y con muy pocas
precipitaciones. Por eso
para mí es como un día
de fiesta, cada vez que
veo la lluvia caer en el
campo y en los montes.
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