Una soledad tan solitaria, otra triste soledad,
tan fría y tan húmeda, tan gris y sin luz,
con nubes casi negras, y sin sol que me brille,
para alumbrarme el camino, e iluminarme el día,
desde que tu no estás. Y es que ya es otro día,
que no estás a mi lado, para darme compañía,
ni decirme que me quieres.
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