Que mal destino el mío,
quedarme solo y en soledad,
sin color, ni luz,
y en completa oscuridad.
Sin música ni cantos,
sin murmullos ni voces,
sin ningún ruido,
ni a nadie a quien pueda escuchar.
Tal vez una luna brillante
y sin estrellas,
que ya ni las veo,
sea mi única compañía,
por el resto de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario