Cuida siempre de mis nidos
y ramajes floridos,
En mi tronco y mis raíces
no quiero ver cicatrices.
Cuida de mi fruta verde,
pues madura no se pierde.
Si es tu amigo el que me nombra,
recuérdale que doy sombra.
Sálvame del que se empeña
de hacer del árbol leña.
Y del hacha del hachero,
como el rayo, traicionero.
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