Yo, pecador, reconozco,
delante de Dios todopoderoso,
delante de la Inmaculada siempre Virgen María,
y de todos los Santos, y en tu presencia, Padre,
que soy culpable, porque he pecado mucho,
con pensamientos, palabras y obras,
por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa:
Arrepentido estoy de todos mis pecados,
y te pido ruegues por mí,
a Dios Nuestro Señor. Amen.
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