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sábado, 16 de enero de 2016

Nuevo Mundo + Extracto del Poema de Rafael Cadenas

He quemado las fórmulas. Dejé de hacer exorcismos. Lejos, lejos queda el antiguo poder, mi legado. Hálito de fogata en mis narices, mi idioma desintegrado, la sombra todavía húmeda de un sortilegio. Como vena de agua en la oscuridad otra vida avanza. Todo el arrasamiento ha sido para desplazarme, para vivir en otra articulación.
     
Papeles del amanecer.  Siempre hablan de la patria adoptiva,  la que me ha dado.  
Hojas amontonadas como para una ceremonia.  Sacrificio a un dios de ébano.

Esas  escrituras  invariables.

Siempre  regreso al  mismo idioma.  Un cuero embrujado  de animal.
Inatrapable,  pero presente  como la vida  de un  antepasado.

Tejido sobre el tejido,  la lengua muerta del amor,  fuego que me ha hecho
adicto  a un  culto  insinuante. 



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